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Los perros y las emociones humanas

Los dueños de perros han creído durante mucho tiempo que sus mascotas pueden captar sus sentimientos, pero esto era sólo una teoría. Gracias a los expertos en comportamiento animal, ahora sabemos que nuestros compañeros caninos son, de hecho, maestros a la hora de percibir las emociones humanas.

Los perros son tan diferentes a nosotros

Al igual que nosotros, los perros son criaturas muy sociales. Viven en grupos familiares muy unidos y tienen un fuerte instinto de protección y lealtad. Así pues, nuestros compañeros caninos utilizan un complejo lenguaje corporal, expresiones faciales y vocalizaciones para comunicarse con otros miembros de su especie. No es de extrañar que cuando los primeros perros y los humanos empezaron a interactuar, nuestros compañeros de cuatro patas fueran capaces de perfeccionar su capacidad para anticipar las algunas emociones humanas.

Nuestros perros pasan mucho tiempo observándonos, así que es normal que hayan aprendido a buscar pistas sobre cómo nos sentimos. Esto se da, sobre todo, cuando un buen estado de ánimo puede significar más tiempo de juego y mimos. Por el contrario, un mal estado de ánimo puede ser una buena razón para que nuestros peludos se escondan.

Sin embargo, nuestras mascotas no sólo utilizan la vista para determinar cómo nos sentimos. Con su asombroso sentido del oído, capta fácilmente el tono de nuestra voz. Y lo que es más impresionante, los perros utilizan su sentido del olfato para intuir algunas emociones. El miedo o enfermedades, pueden manifestarse como cambios químicos en el aliento o el sudor.

Lo que dicen los estudios

En un experimento realizado por investigadores de la Universidad de Lincoln y la Universidad de Sao Paulo, un equipo de expertos en comportamiento animal y psicólogos presentó a 17 perros domésticos, no entrenados, imágenes y sonidos que transmitían expresiones emocionales positivas o negativas tanto en humanos como en perros. Descubrieron que los perros pasaban mucho más tiempo mirando las expresiones faciales que coincidían con el estado emocional de la vocalización, tanto si el sujeto era humano como canino.

Estas pruebas parecen respaldar lo que los dueños de mascotas saben desde hace tiempo que, al mirar y escuchar, los perros están muy al tanto de las emociones humanas.