Cuando se trata de beber, los gatos son mucho más exigentes que la mayoría de los perros: un cuenco de agua pringosa, un charco de lodo, incluso una taza de váter abierta servirá en un apuro.
Pero los gatos son mucho más susceptibles. Algunos no beberán de un cuenco de agua si está cerca de su comedero. Otros prefieren una fuente o incluso el fregadero de la cocina. Algunos gatitos quisquillosos no beben de recipientes de plástico o metal. Algunas de estas preferencias se remontan a sus antepasados y a sus instintos de supervivencia. Pero en algunos casos son sólo gatos siendo… bueno, gatos.
A los gatos les gusta el agua corriente
Pones un sugestivo y fresco cuenco de agua delante de tu gato y se queda ahí intacto. Pero es abrir el grifo y tu gatito bebe encantado. Puedes pensar que tu gato se ha vuelto un sibarita, pero en realidad su actitud tiene una explicación que demuestra lo inteligentes que son. Si el gato no toca el agua del cuenco es porque podría sospechar del agua estancada, y ellos, gracias a su ADN salvaje, saben que el agua estancada no siempre es segura.
Otra de las razones por las que no les gusta beber de un cuenco, es porque les obliga a encorvarse y consideran que es una posición vulnerable para ellos.
El agua que gotea o corre del grifo, o la que se arremolina de una fuente de agua, puede que también les sepa mejor porque es más fría y está más oxigenada. Además, el movimiento hace que el agua sea más atractiva para ellos.
La ubicación de los cuencos de agua y comida es importante
Algunos gatos no tocan el agua si está demasiado cerca de su plato de comida. La teoría es que en la naturaleza, los gatos mantendrían su comida lejos de las fuentes de agua para mantenerlas libres de bacterias y una posible contaminación. Manteniendo su comida y agua cerca pueden arriesgarse a que se caigan trozos de comida en el agua cuando comen. Los gatos también tienen un fuerte sentido del olfato y a muchos no les gusta oler su comida cuando beben.
El tamaño y la forma del cuenco importa
Los gatos tienen bigotes muy sensibles. Si el cuenco es demasiado estrecho, tu gatito puede tener que aplastar sus bigotes para conseguir beber, lo que lleva a una condición llamada “fatiga de los bigotes”. Prueba varios tamaños y formas para ver cuál es la que tu mascota parece preferir. También puedes probar con cuencos de diferentes materiales. Es más fácil mantener limpios los tazones de cerámica y acero inoxidable, pero a menudo los gatos prefieren los tazones de vidrio poco profundos.
Controla el nivel del agua
Asegúrate de que los cuencos de agua de tu gato nunca bajen demasiado o que estén muy llenos. Los gatos son criaturas de hábitos y no les gustan los cambios. No llenes los cuencos hasta el tope un día y luego los dejes que se vacíen al siguiente.