La socialización se produce en los cachorros a una edad temprana, pero hay un montón de prácticas para ayudar a un perro adulto a aprender la etiqueta social adecuada.
Consejos para socializar a un perro adulto
La socialización es una parte importante de la vida de los perros jóvenes. Durante este tiempo, aprenden a comportarse de una manera que es aceptada por sus compañeros y por los humanos, lo que conduce a interacciones sociales más fáciles a lo largo de la edad adulta. Sin embargo, si está pensando en adoptar un perro adulto o se ha perdido esta etapa de la vida de su mascota, no se preocupe. Hay muchas formas de ayudar a su perro adulto a desarrollar las habilidades sociales necesarias en sus interacciones con las personas y otras mascotas.
Lo ideal es que la socialización se produzca en los cachorros entre las tres y las 12 semanas de edad, cuando se encuentran en su etapa de formación más receptiva. Después de unas 16 semanas, el aprendizaje de nuevas formas de socialización se vuelve mucho más difícil, pero hay muchas formas de ayudar a un perro adulto a aprender los trucos para comportarse de forma aceptable.
Trucos para una buena socialización
Uno de los mejores enfoques es simplemente pasear al perro a diario. Esto proporciona la oportunidad perfecta para que tu compañero conozca y se relacione con otras personas y mascotas en un entorno controlado. Presenta a tu mascota a otros perros poco a poco para ayudar a que este proceso sea fluido. Si el perro ladra y salta, no le grites ni tires de la correa, sino que es preferible mantener una actitud tranquila y segura mientras distraes a tu mascota . Aléjate con calma de las situaciones tensas y, con el tiempo, el perro debería aprender a interactuar con otras personas y animales de forma normal.
El adiestramiento puede ser otra gran oportunidad para socializar a un perro adulto. Busca clases en grupo, donde tendrás la oportunidad de exponer a tu compañero a otros perros y personas en un entorno seguro. También puedes organizar que tu perro conozca a un amigo o al compañero canino de un amigo para ayudarle con su comportamiento social.
Si su perro es especialmente cauteloso con personas y mascotas desconocidas, empieza haciendo que tu amigo cruce la calle con su mascota, disminuyendo la distancia poco a poco. Cada vez que su perro se quede tranquilo y escuche tus órdenes, recompénsalo con golosinas y elogios.
No te agotes
Los cambios no serán inmediatos, así que es preferible no esforzarse demasiado en una sola sesión de adiestramiento. Esto puede resultar abrumados tanto para ti como para su mascota, lo que provocaría una experiencia negativa y un retroceso en el progreso.
Al igual que con cualquier actividad nueva, pon siempre la seguridad en primer lugar cuando socialices con tu mascota. Llévala con correa hasta que estés seguro de que permanecerá tranquila y seguirá tus órdenes en un entorno determinado.
Cuando conozca a un nuevo perro, asegúrate siempre de que el otro animal es amistoso antes de hacer nada. Hay que estar atento a los signos de estrés de tu mascota cuando se encuentre en situaciones sociales nuevas, como jadear y “sonreír” en exceso, bostezar y meter el rabo entre las patas. Si observas estas señales de estrés, da marcha atrás y vuelve a empezar el adiestramiento otro día. Si el perro experimenta obstáculos de comportamiento más graves mientras practica la socialización, considera la posibilidad de trabajar con un especialista en comportamiento para ayudarle a adaptarse.