El campo de visión es el área que vemos cuando nuestros ojos enfocan un punto concreto. Incluye lo que observamos de frente, pero también aquello que capturamos visualmente encima, debajo y a los lados del punto enfocado.
Pues bien, aquí va una primera revelación para principiantes en visión felina: los ojos de los gatos recogen un campo de visión mayor, más amplio, que el que percibimos los humanos. «Los gatos tienen un campo de visión de 200 grados, en comparación con los 180 grados de las personas», explica el investigador Nickolay Lamn, quien ha realizado un extenso trabajo sobre la visión felina, con ayuda de oftalmólogos veterinarios e investigadores de la Universidad de Penn, en Estados Unidos.
Lann ha recogido sus hallazgos en una serie de fotografías, que puede verse a continuación. En ellas puede compararse, primero, cómo percibimos las personas el mundo que nos rodea y, segundo, cómo ve la misma imagen un felino
Los ojos de los gatos han evolucionado para proporcionar a nuestros felinos una gran ayuda durante la caza nocturna. «Los antecesores salvajes de nuestros actuales gatos domésticos necesitaron maximizar todo lo posible el tiempo de caza; por eso sus ojos se adaptaron a ver incluso con una mínima luz tenue», explica el científico especializado en gatos John Bradshaw, de la Universidad de Bristol, y autor del manual ‘ Los sentidos de los gatos‘, (Allen Lane, 2013)
Esta necesidad ha provocado importantes cambios en la estructura de los ojos de los felinos y explica por qué nuestros gatos ven entre seis y ocho veces mejor que nosotros en la penumbra.
Una de las transformaciones más llamativas que la necesidad de cazar, y de prolongar esta actividad durante un mayor número de horas del día, provocó en la mirada de los gatos es el aumento del tamaño de sus ojos.
Los ojos de los gatos son muy grandes para la dimensión de sus cabezas, si los comparamos con los humanos. «De hecho, si nos fijamos, no hay tanta diferencia de tamaño entre los ojos de los gatos y los humanos», añade Bradshaw.
Las células receptoras de la luz alojadas en los ojos de los gatos, y encargadas de la visión, también son algo distintas a las nuestras. Aunque humanos y felinos compartimos el mismo tipo de células de visión (bastones, para la visión en blanco y negro con luz tenue, y conos, para distinguir los colores con luz brillante), estas no se distribuyen del mismo modo: en los ojos de los gatos dominan los bastones, mientras que en los humanos son más numerosos los conos.
Las diferencias no acaban aquí. Estos bastones de los ojos de los gatos no se conectan directamente con un nervio ocular, como sí ocurre en las personas. Al contrario, se conectan primero entre ellos, al formar pequeños grupos de células.
Esta organización les permite ver mejor en la penumbra o semioscuridad, donde los ojos humanos son prácticamente inservibles. Pero tiene algunos inconvenientes: durante el día, los ojos del gato no envían al cerebro información detallada sobre qué bastones se estimulan. Por eso, su visión diurna es más borrosa que la nuestra, como puede verse en las segundas fotografías de esta serie.
Los gatos no muestran especial interés por los colores. De hecho, la obsesión por el color es poco frecuente en los mamíferos, a excepción de los primates, y especialmente de las personas.
Los humanos tenemos en los ojos tres tipos de células cono receptoras del color: rojo, verde y azul. Sin embargo, «los gatos, como los perros, carecen del cono rojo, y por eso sólo ven colores como el azul, el verde y el amarillo; mientras que pueden considerarse ciegos para los rojos o rosas», añade el veterinario. Los gatos tampoco perciben los colores más vivos ni tan saturados como nosotros.
Tener los ojos tan grandes implica otras dificultades para nuestros peludos compañeros de vida: estos no son tan sencillos de enfocar. Los humanos tenemos músculos en nuestros ojos que distorsionan los objetos muy cercanos, con el fin de permitirnos verlos mejor.
Sin embargo, para los gatos, esto es más complicado: sus ojos funcionan como un enorme objetivo de cámara fotográfica réflex, más difícil de manejar. En otras palabras: su visión cercana no siempre es tan buena como la nuestra.15