Una de las afecciones más comunes y delicadas de las orejas es la vasculitis del margen del pabellón auricular. Se caracteriza por una pérdida de pelo, engrosamiento, sangrado o formación de costras en dicha zona.
Esto provoca una molestia constante en el animal, que suele sacudir la cabeza, frotarse la cara o rascarse las orejas, con el consiguiente peligro de autolesionarse o provocarse úlceras corneales.
Las causas son diversas y todas ellas provocan una inflamación de los vasos sanguíneos que nutren las orejas e impiden un riego normal de la zona.
Estas son las causas más comunes:
- Infecciones fúngicas: malasezzia, dematofitos…
- Infecciones parasitarias: sarnas o parásitos hemáticos como la ehrlichia, la ricketssia o la leishmaniosis.
- Alergias
- Enfermedades autoinmimunes/inmunológicas/hereditarias: complejos pénfigos, alopecia areata…
Para hacer un correcto diagnóstico de la causa y por consiguiente un adecuado tratamiento, se requiere un estudio completo de la historia del paciente, ya que el inicio puede relacionarse con variación de los hábitos alimentarios, de desparasitación externa incorrecta, ser estacionales o variar en función de la edad del animal. Aquí es el propietario el que nos debe proporcionar toda la información de la que disponga, ya que para nosotros resulta absolutamente esencial para la valoración correcta del caso.
El examen dermatológico inicial es muy sencillo y nos proporciona información básica de manera rápida. Las pruebas que incluyen son: tricograma, raspado y citología.
Tricograma o exámen Raspado cutáneo La citología se obtiene
microscópico del pelo Nos permite el diagnóstico tras la tinción de muestras
de sarnas recogidas de la zona
Pero no siempre con estas pruebas se pueden llegar a conocer la causa del problema, y debemos realizar controles sanguíneos o incluso biopsias de piel.
El manejo es delicado ya que la zona es muy sangrante y molesta para el animal, y tan importante como los tratamientos médicos que se le realicen, es evitar que el animal tenga acceso a la zona poniéndole collar isabelino.
Se requieren grandes dosis de paciencia y un seguimiento estricto de los tratamientos médicos y de manejo que se prescriban, para conseguir la resolución completa del problema.