LA LEISHMANIOSIS CANINA
Esta enfermedad, hoy en día, aún asusta que pueda ser diagnosticada a nuestra mascota, por ello vamos a tratar brevemente en que consiste dicha enfermedad y como prevenirla.
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo que entra en el organismo de un perro siempre a través de la picadura de un tipo de mosquito, el flebotomo.
Dicho mosquito ingiere el protozoo al picar a un perro enfermo y, posteriormente, al picar a otro sano, transmite el parásito y así la enfermedad.
En España la leishmaniosis se considera una enfermedad endémica, lo que quiere decir que hay muchos perros que la padecen. Esto ocurre porque tenemos un clima que favorece el ciclo biológico del mosquito, con abundantes zonas de aguas estancadas y muchos animales enfermos, todo esto unido favorece que cada vez encontremos más casos de esta enfermedad en la clínica diaria.
La leishmaniosis es una enfermedad crónica, tiene tratamiento pero no es curativo, la clave del éxito está en un diagnóstico temprano. Existen diferentes métodos diagnósticos, pero el más habitual en la clínica es la extracción de sangre para detectar los niveles de anticuerpos frente al parásito. Si fuera necesario, también puede detectarse el protozoo tanto en médula ósea como en tejidos.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Para disminuir la frecuencia de esta enfermedad tenemos que luchar contra ella mediante su prevención. Actualmente, tenemos muchas herramientas para ello.
El primer método de protección que mencionaremos es el más básico, el empleo de productos repelentes y antiparasitarios, evitando así la temida picadura. Los tenemos en diferentes presentaciones, pipetas y collares, además, pueden combinarse. La elección de un método u otro dependerá del estilo de vida del animal y de la comodidad del propietario. Cabe recalcar la importancia de que los productos proporcionados a nuestra mascota tengan una eficacia demostrada contra el flebotomo, y no confiar sólo en el uso de productos repelentes naturales como la citronela, ya que su eficacia es limitada. Sin embargo, se pueden combinar si se desea. También es muy importante proteger al animal durante todo el año, no sólo en las épocas de calor.
Otro método es la administración vía oral de un jarabe llamado Leisguard. Su función es estimular la inmunidad del animal para luchar más activamente contra el parásito si éste entrara en su organismo. Se suministra todos los días durante un mes con periodos de descanso los tres meses posteriores, por lo tanto nuestro perro debe tomárselo tres meses al año. Este jarabe también se emplea en animales enfermos, porque les ayuda a luchar contra la leishmaniosis ya que estimula su inmunidad.
Por último, mencionar que existe una única vacuna en el mercado que protege a nuestros animales de contraer la enfermedad, esta vacuna actúa de manera diferente a las que normalmente ponemos para otras enfermedades.
La primera vez que se vacuna ponemos tres dosis separadas entre ellas de veintiún días, a partir ahí debe realizarse un recordatorio anual. Recalcar que antes de vacunar se debe realizar una prueba de detección de la enfermedad, ya que si el animal ya posee el parásito no debemos vacunar. Es muy importante no retrasar en exceso el recordatorio, ya que perderíamos la inmunidad que le proporcionaba a nuestro perro y deberíamos administrar de nuevo las tres dosis.
Si todos nos concienciamos y empleamos todas estas herramientas, poco a poco podremos aspirar a conseguir erradicar la enfermedad, o como mínimo disminuir bastante su aparición.